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Las especies de peces de agua fría habitan en aguas de curso lento al aire libre, cuya temperatura oscile entre los 10 y 20 grados centígrados. Esta condición las predispone a sentirse cómodas, seguras y activas en un ambiente recreado artificialmente, cuya temperatura deberá estar en promedio a unos 18 grados centígrados.
Ventajas de un acuario de agua fría
La ventaja de los acuarios de agua fría radica en que las especies utilizadas son muy longevas. En condiciones óptimas, pueden llegar a vivir, incluso hasta los 20 años, pero debe tenerse muy claro que todos los animales que domestiquemos en nuestro hogar, requerirán del especial cuidado y atención que demuestre nuestro compromiso con ellos. Otra ventaja sería que los cuidados de mantenimiento, regulación de temperatura y otros detalles, son bastante menos exigentes en comparación con los acuarios tropicales que precisan aclimatar el agua con un termostato.
Se ha hecho hincapié en que uno de los elementos indispensables a la hora de llevar a cabo un proyecto de este tipo será determinar el tamaño y capacidad de litros que pueda contener la pecera o acuario, para decidir cuáles serán las especies más aptas que vayan a alojarse dentro de nuestro ecosistema. Se calcula que para un pez de entre 5 a 6 centímetros, se requerirá de unos 10 a 15 litros de agua, ya que durante los siguientes meses y años, los individuos irán creciendo y se hace imprescindible no hacinar ni superpoblar el acuario. Bástenos con saber que si decidimos, por ejemplo, acoger a una piraña, necesitaríamos de un acuario excesivamente grande, contrario a lo que sucedería de elegir variedades de carpas a las que les bastará con un acuario más pequeño.
Iluminación de un acuario de agua fría
Otros aspectos técnicos que deben considerarse incorporar en los acuarios de agua fría son los referidos a la iluminación con luz artificial, la cual deberá permanecer encendida entre unas 8 y 10 horas diarias para proporcionar de una estabilidad horaria a los peces y ayudar a que las algas no invadan el acuario. En cuanto al agua, ésta deberá pasar por su ciclo de maduración y los filtros del tipo mochila o cascada juegan aquí un papel fundamental, pues ayudarán a mantener limpia el agua, evitando que se ensucie de forma innecesaria y tener que cambiarla con excesiva frecuencia. Este tipo de filtros son más ventajosos y fáciles de instalar y manipular, además de que al estar situados fuera del acuario, no le restarán espacio a sus habitantes. Es muy recomendable también conseguir e instalar aireadores para mover la superficie del agua y ayudar a su oxigenación.
En cuanto a la grava del fondo del acuario, hay que tener en cuenta el tipo de peces que lo van a habitar, pues es imprescindible que la grava sea fina para que no dañe sus delicadas aletas. Para completar nuestro acuario, podemos añadir elementos decorativos artificiales, como por ejemplo barcos, figuras, corales artificiales o rocas, que le darán un toque de originalidad y vitalidad al entorno del biotopo.
Peces de agua fría
Sin duda que en el mundo de la acuariofilia, los peces tropicales son los más populares por sus increíbles y vistosos colores y las formas hipnóticas de sus aletas, pero teniendo en desventaja las excesivas precauciones en su cuidado y mantenimiento, cobra cada vez mayor interés la utilización de especies de peces de agua fría capaces de convertir un triste y lúgubre estanque en toda una vitrina llena de color y movimiento.
Si se desea crear un acuario comunitario no basta con sólo colocar comida, antibióticos y sales de acuario, hay que conocer algo básico sobre los peces de agua fría, es importante tener en cuenta el tamaño y la alimentación de los peces que vayamos a introducir en el acuario para evitar peleas o agresiones que puedan surgir, el mezclar las especies más grandes, rápidas y activas con otras especies de distintas características puede ser peligroso, podemos conseguir diezmar el ecosistema por la muerte por estrés de algunos individuos. En principio, se los debe ir introduciendo poco a poco, en una media de 1 por semana. Antes de comprarlos, debemos elegirlos muy bien: un pez que está en el fondo de la pecera, sin actividad, es un signo de que está enfermo y que debemos escoger a otro, al igual que aquellos que tengan el abdomen abultado pudiendo presumirse la presencia de parásitos, o los que tengan hongos o cola rasgada.
Entre las especies que mejor se adaptan en acuarios de agua fría, tenemos las variedades chinas del genero Caracio (carassius auratus auratus), las de carpas doradas como los orandas, ryunkis, cálicos (carassius calico), cometa sarasa, chubunki, ranchu, boinas rojas o goldfish; los vistosos “telescópicos”, los enigmáticos neones u “ojo de burbuja”, los microrasbora galaxy (danio margaritus), el pez paraíso (macropodus opercularis), sin olvidar al “escuadrón de limpieza” compuesto por caracoles, ancistrus y corydoras, y evitando ponerlos con especies más belicosas como los peces betta cola de corona.
Plantas para acuarios de agua fría
Si de añadir vegetación al acuario se trata, ésta puede ser artificial o natural según se prefiera, pero si optamos por la vegetación natural, es preciso colocar debajo de la grava una capa de tierra fertilizada especial para acuarios, asegurándose previamente que la planta que vamos a introducir no sea tóxica para los peces que habitarán el acuario. Si por el contrario, se decide utilizar vegetación artificial, deberá comprobarse que la textura y el material utilizados sean un elemento suave, que no vaya a dañar las aletas de los peces con el roce.
A las plantas naturales les basta para vivir y crecer con iluminación básica fluorescentes. Se pueden verdaderos jardines subacuáticos y aquascapes con plantas de acuario sin mucho mantenimiento. No sólo cumplen un rol ornamental o decorativo del entorno del biotopo, sino que ayudan a su proceso de oxigenación natural al tiempo de proveer de un escondite o refugio a los peces. Debido a que ellos viven mordisqueando y nadando entre las plantas, hay que escoger las más fuertes, resistentes y de hojas duras, que no terminen destrozadas por la interacción con los peces. Algunas de las plantas más utilizadas en un acuario de agua fría son: las especies Anubias en general, la Vesicularia dubyana, helechos de java, Microsorum pteropus, Echinodorus parviflorus, la Egeria o Elodea densa, o Vallisneria spiralis, espadas amazónicas, Ceratophyllum demersum.